Hace ya tiempo fui al 7/11 cerca de casa. Entonces iba allí a comprar mi café por la mañana, no me gustaba el sabor del café que me preparaba en casa y me acostumbré al de allí, mas suave. Un mediodía me acerqué a comprar algo de comer y mientras estaba mirando la sección de plátanos y otras pequeños tentempiés se acercó una mujer sosteniendo un perro. La mujer se acercó mucho tanto a mi como al mostrador donde estaba toda la comido. El perro estaba allí, lo boca del perro digo, a pocos centímetros sobre la comida dejando sus babas, imagino, por todas partes. Me pareció asqueroso. Totalmente asqueroso e inaceptable. Toda esta gente que se cree que su perro es una extensión de su perro o un complemento de moda se merecen una buena bofetada. Es mi opinión. Cuando me acuerdo me pongo de mal humor. Hace gracia visto desde fuera, casi como una escena de una película. Pero yo estaba allí intentando comprar algo de comer y me dieron ganas de empezar a gritar a la señora.
Luego ya con algo de comer en la mano, no de esa sección con comida de babas de perro, me acerqué a caja a pagar y le pregunté a la dependienta, una chica maleducada que nunca decía ni buenos días ni nada, si no estaba prohibido entrar con perro allí. Era una pregunta retórica porque el letrero estaba en la puerta, bien visible para todos. Me contestó con un gruñido, quizás no me entendiese porque mi chino no es muy claro a veces. No he vuelto más. Que asco de gente.
Voy a hacer un vídeo sobre este incidente en el futuro.
Deja una respuesta