Desde la última vez que escribí algo en ésta mi página web me han pasado muchas cosas. No vivo recluido en un monasterio. Salgo del apartamento que he alquilado cada día, voy a trabajar, cuido de mis maravillosos hijos.
Sin embargo no tengo energía para escribir las cosas memorables que me pasan. Grandes y pequeñas cosas. Si cada día va pasando y no deja huella en ningún sitio es casi como si no hubiese ocurrido nunca. La vida se forma entonces de días vacíos y la vida misma desaparece porque no se puede diferenciar un día de otro. Todos son iguales. Nunca pasa nada. Pero sí pasa, por eso es importante recordar las cosas, para que la vida no parezca algo vacío.
¿Cómo recuperar la memoria de los años que he pasado en Taiwán? Por suerte tengo miles de fotos y vídeos. Me agarro a ellos para ver que cada día fue diferente pero, a veces, aunque pasen cosas que quiera recordar, no hago ninguna foto, ni vídeo, ni escribo sobre ello y pienso que esos días están perdidos para siempre. Por suerte no es siempre así porque la mayoría de las veces si ha pasado algo memorable ha sido en compañía de mis hijos y ellos sí se acuerdan.
Vivimos también en las conversaciones y mis hijos no callan. Aún y así…
Deja una respuesta